Esta es una Excursión del año 2015, pero la tenia olvidada por estos rincones de la pagina, sin publicar. Aqui la dejo tal cual la acabo de encontrar.

 Hoy a tocado madrugar un poco, pero es un placer recibir al sol en plena ascensión a un monte.

 Hoy quería acercarme a una encina que hacia tiempo que veía en la Casca Baja y que me llamaba la atención, parecía mas que una encina una acacia de esas que se ven en los reportajes de África, solitaria en medio de un terreno agreste y oscuro, no de las estepas, sino de los terrenos montañosos con pastos de las cumbres de África.

 Pero esta vez decidí subir por la vertiente de su cara  SE, al contrario de las demás veces que siempre la había visto desde la otra vertiente.
Hacia allí que nos dirigíamos el Lori y yo, cuando nos sorprendieron los primeros rayos del sol naciente.

También a la Casca Baja le iluminaba el astro Rey a estas primeras horas de la mañana.

Por esa cresta que se ve a la izquierda de la imagen es por donde queremos subir. Y lo conseguimos, no sin mucho esfuerzo, pues hay que buscar el mejor camino para que pueda subir el Lori, ya que el monte esta lleno de zarzas por las que no puede pasar él. 

Hasta lo mas alto de esta cresta llegamos y allí que nos pusimos a descansar un ratico antes de empezar a descender para acercarnos a la carrasca que era nuestro objetivo. Allí nos quedamos echando un trago de vino y de agua mientras me despojaba de la ropa de abrigo ya que la mañana aun que, fresca al principio, ahora se había vuelto algo calurosa.

Allí descansando y con ayuda de unos prismáticos, pude observar que se asomaba una una cabra junto a la cima de La Casca. La emoción fue grande y más tarde fui viendo como iban apareciendo , dos, tres y hasta seis cabras más.

 Poco a poco iban avanzando y comiendo las briznas de hierbas que gracias a las recientes lluvias han ido saliendo por el agostado monte.
Podrían ser tres madres con sus correspondientes cabritos nacidos en esta pasada primavera y que los he ido avistando en meses pasados.

Poco a poco fueron bajando de la cresta donde se encontraban.

Hasta llegar a una gran encina donde ramoneaban las ramas bajas y supongo que comían de las bellotas que habían caído de la encina. Pues estuvieron un buen rato rebuscando por debajo de la encina algo que llevarse a la boca.

Tras un rato de pastorear por la encina , les perdí la pista, hasta que las vi aparecer en las cresta mas al Sur de la cima  de la Casca. 

Desde allí, nos observaba una de las cabras, sintiéndose segura por la distancia que nos separaba. 

Otra se apareció recortando su silueta debajo de una gran encina que se hallada en la cresta cimera del Sur. Tras esta cresta desaparecieron todas y entonces llego la hora de almorzar el Lori y yo, casi una hora de observación, nos había abierto el apetito y nos pusimos  manos a la longaniza y a la bota de vino (yo), el Lori sus buenos tragos de agua se casco.

 

Atrás dejamos ya la visita a la encina «Africana», y nos dirigimos hacia el coche, para continuar camino a casa , que nos espera un día largo de celebraciones.